Durante el bachillerato, y muy especialmente en el último año de éste, los profesores te orientan, te ayudan, te aconsejan... sobre tu futuro profesional. Es un momento muy emocionante en la vida de todo estudiante, porque va a decidir a qué querrá dedicarse el resto de su vida, y con ello ganarse el sueldo de cada mes.
Los hay que quieren ser abogados, matemáticos, políticos, fontaneros, enfermeros, fisioterapeutas, veterinarios, biólogos, fotógrafos, cocineros, administrativos, artistas, diseñadores, actores, directores de cine, empresarios, vendedores, cajeros de supermercado, informáticos, esteticien, cirujano, profesor, transportista, conductor de autobuses, mecánico, pintor, paleta, electricista, fontanero... Hay una infinidad de profesiones, y lo se de buena tinta, ya que me obligaron a leer una y otra vez la gran variedad que ofrecen todas las universidades de Cataluña (lista que se amplia, evidentemente, si consultas la oferta profesional de estudios de F.P).
En el caso de los estudios universitarios, una vez has decidido a qué querrás dedicarte, viene el maravilloso momento de hacer la inscripción a todas las universidades, teniendo en cuenta que quizá no entres en la universidad / carrera deseada, debes solicitar varias admisiones para entrar en alguna que te guste. Que curioso... una lista de diferentes opciones, por si no puedes estudiar lo que deseas, estudiar otra carrera que "también te guste". ¿de verdad estamos dispuestos a modificar nuestra profesión por no haber entrado por nota a la carrera que queremos? Es algo en lo que, personalmente, no estoy de acuerdo, pero no es el motivo de mi spot.
Teniendo suerte (y estudiando mucho) logras entrar en los estudios y universidad deseada. ¡que gran momento, en el que descubres que has sido admitido! Ya está tienes la vida resuelta porque en los próximos años vas a estudiar únicamente cosas que te gustan, así que será todo mucho más fácil, porque antes de que te des cuenta habrás obtenido tu título de "profesional en" y podrás dedicarte a lo que siempre has soñado.
El día de las jornadas de puertas abiertas a la universidad, el director te hace un tour por las instalaciones del centro y descubres que, además de estudiar lo que siempre soñaste, podrás aprobar repasando apuntes en el césped del campus mientras tomas el sol y te pones morenito; además la universidad dispone de una hermosa biblioteca que hace que te entren ganas de estudiar, con lo que será todavía más fácil conseguir el título. Además, dedica unos minutos a explicarte que la universidad dispone de un elevadísimo porcentaje de aprobados y titulados en la materia, además de una extensa bolsa de trabajo que ha logrado colocar a todos sus alumnos en los mejores puestos del país, por lo que posiblemente "los profesionales tendrán trabajo ya antes de terminar la carrera".
El primer día de clase hay una pequeña presentación de las diferentes asignaturas, y descubres que aunque quieres dedicar tu vida a la nutrición (como un ejemplo cualquier seleccionado al azar), vas a tener que estudiar ética, química, psicología, estadística, inglés, economía, bioquímica, cultura... entre muchas otras asignaturas que no acabas de comprender qué narices tienen que ver con la nutrición. Pero bueno, no pasa nada porque todas estas asignaturas llevan en su "nombre oficial" el complemento "aplicado" (economía aplicada, inglés aplicado, psicología aplicada...) así que ya está, no pasa nada. Porque todos estos conocimientos son imprescindibles para una formación integral del profesional. Pero puedes estar tranquilo, porque el esfuerzo habrá merecido la pena cuando, una vez acabados tus estudios universitarios, veas como sin darte cuenta tendrás tu consulta privada a la par que trabajarás para la sanidad pública y ayudarás a salvar vidas.
Después de varios años llega el gran momento de graduarse, obtener tu título y lanzarte a la búsqueda de trabajo (¿no iba a tener trabajo antes de acabar los estudios?). Compruebas que no simplemente no es tan sencillo como te dijo el director de la universidad en su día, sino que las ofertas de trabajo no se ajustan al perfil que tenías inicialmente en tu mente: no vas a tener una consulta en la que tú gestiones tu propio trabajo ni vas a salvar vidas trabajando como funcionario para la sanidad pública sino que vas a tener que elegir entre un trabajo de telefonista, uno de vendedor, otro de visitador médico o uno último de administrativa, en el que el título de "graduado en" es un requisito necesario para hacer fotocopias y atender al teléfono.
¿dónde está el trabajo de tus sueños? ¿dónde están las promesas que te hizo el director de la universidad? En muchas ocasiones, los objetivos de tu trabajo (a nivel de empresa) están en lucha con tus objetivos profesionales... ¿que es más importante? ¿hay que tener contenta a la empresa que te paga por encima de todo? ¿es importante recordar nuestros orígenes, por qué hemos estudiado lo que hemos estudiado y qué era lo importante de nuestra profesión? ¿es importante reciclarse, no sólo en cuanto a contenidos sino en cuanto a valores profundos del profesional? ¿es importante luchar por lo que uno siempre ha querido o hay que conformarse con lo que se nos ha dado?
¿todas las profesiones y vocaciones profesionales son, a la larga, fuente de frustraciones? Puede que sí, que a la larga (muy a la larga), todas lo sean. O puede que no...
compleja reflexión.
ResponderEliminar¿complejo sentimiento?
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