Aunque en las últimas semanas quizá no tanto, de unos meses para aquí vengo observando frecuentes referencias a la alimentación funcional en televisión, supermercados, revistas, periódicos, etc. Parece que, quien más quien menos, todos creemos que necesitamos modificar (en el sentido de mejorar) nuestra alimentación en algún aspecto: cantidad, calidad, densidad... seguramente como respuesta a esta necesidad van apareciendo en el mercado los alimentos funcionales.
"Alimentación funcional"; un concepto que utilizamos con frecuencia pero tal vez no sabemos exactamente a qué nos referimos. Este post ha sido creado con la intención de acercar la alimentación funcional a todos, para tener la oportunidad de saber de qué hablamos, y poder tener criterio ante estos productos.
Aunque parezca una definición vaga, un alimento funcional es aquel alimento al que se le ha añadido un ingrediente funcional. Entonces, ahora toca definir "ingrediente funcional", y se refiere a aquellas sustancias sin valor nutricional pero con efectos beneficiosos sobre la salud; son ejemplos de ingredientes funcionales los omega 3, los prebióticos, los probióticos, los antioxidantes, etc. Ahora que sabemos qué es un ingrediente funcinal, podemos dar una definición más concreta de alimento funcional: producto alimentario (natural o elaborado) que proporciona un beneficio que va más allá del olor, sabor, textura y valor nutricional, y que afecta de manera objetiva en funciones fisiológicas en términos de prevención de enfermedades o promoción de la salud.
Todo alimento funcional cumple tres criterios básicos:
1. Presenta características propias de alimento (ej: leche).
2. Se consume como parte de la dieta, no como suplemento (ej: leche enriquecida con calcio).
3. Hay una evidencia científica sobre funciones específicas sobre el organismo (ej: favorece la fortificación de masa ósea)
Y, como todo en esta vida, presenta ventajas e inconvenientes:
Ventajas: Beneficios nutricionales ante determinadas situaciones situaciones fisio-patológicas como leche descremada enriquecida en calcio (dietas de adelgazamiento), prebióticos y probióticos, etc.
Inconvenientes: precio (superior al del producto original), sustituir la dieta habitual (dejar de tomar pescado por consumir huevos enriquecidos en omega3), abandonar fármacos por consumir un alimento, etc.
Como en todo, las cosas nos son blancas o negras, y los alimentos funcionales no son buenos o malos; existe un abanico muy aplio de posibilidades y realmente muchos de ellos pueden sernos de utilidad en determinadas situaciones, pero nunca debemos percibir la alimentación funcional como un sustituto de la tradicional ni tampoco de productos farmacéuticos, sino como un refuerzo de la dieta habitual.
Ignoraba esta información, a veces usan un lenguaje demasiado específico y ...nos quedamos igual cuando lo leemos¡¡
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