sábado, 29 de enero de 2011

Prevención de la Anemia

Si no me equivoco, somos much@s los que hemos sufrido en ocasiones puntuales o continuadas la famosa ANEMIA, por lo que nos sentimos débiles, decaídos, cansados, etc.
A través de la Asociación Española de Dietistas y Nutricionistas he tenido la oportunidad de acceder al artículo "Intervención dietético-nutricional en la prevención de la deficiencia de hierro", el cual me ha parecido realmente interesante, por lo que me gustaría compartir con todos las ideas principales y añadir alguna más que considero de especial importancia para tratar el tema de manera general.
En resúmen, el artículo comenta que más de 2000 millones de personas en el mundo sufren anemia, especialmente los colectivos como lactantes, ancianos, adolescentes, mujeres en edad fértil y embarazadas, lo cual lleva a estados de menor capacidad para el trabajo físico, una alteración en la inmunidad celular y menor capacidad de reacción frente a infecciones.
Antes de entrar de pleno en la revisión del artículo, convendría definir a qué nos referimos cuando hablamos de anemia. Medline Plus define la anemia como una afección en la cual el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos sanos, por lo que se dificulta el suministro de oxígeno a los tejidos corporales. Existen diferentes tipos de anemia en función del agente causante de esta falta de glóbulos rojos sanos, pero no quisiera entrar en este tema, si bien merece la pena mencionar que la anemia ferropénica es el tipo más habitual, provocada por la escasez de hierro.
Visto esto, comencemos por indicar que las anemias, en todas sus versiones, son una de las patologías de mayor incidéncia en países desarrollados; su prevalencia ha ido creciendo en los últimos años hasta afectar a uno de cada tres habitantes.
Las posibles causas de anemia se resumen en:
a. baja ingesta de hierro (alimentación)
b. mala absorción en el tubo digestivo (debido a enfermedades como la celiaquía o a intervenciones quirúrgicas que conlleven resección de estómago o intestino)
c. incremento de las necesidades (como adolescentes, embarazo...)
d. pérdidas de sangre (menstruación, sangrado digestivo...)
e. cualesquiera de las anteriores, combinadas entre sí
Refiriéndonos al punto -b- (absorción), vemos que la ingesta de hierro no es sinónimo de la cantidad de hierro absorbida. Existen varios factores que afectan al grado de absorción del hierro, y los iremos viendo en adelante. En resúmen podemos decir que afectan:
1. la forma química del hierro: hierro hemo (mayor absorción) o hierro no hemo (menor absorción)
2. presencia de otros factores dietéticos (vitamina C, fibra, carne...)
3. cantidad de reservas de hierro del organismo (cuanta más reserva tengamos menos absorberemos, y cuanta más deficiencia tengamos más absorberemos).
Parémonos un momento a hablar sobre la biodisponibilidad del hierro; es decir, la eficiencia con la que el hierro que se obtiene de la dieta es utilizado por el organismo (ya que, como se ha dicho anteriormente, no todo el hierro ingerido es aprovechado por el organismo), y analicemos qué factores afectan, ya que posiblemente en muchos casos de anemia el problema no sea una baja ingesta de hierro sino un mal aprovechamiendo del mismo.
La biodisponibilidad del hierro se mueve en valores que van de menos del 1% al 30% según el tipo de alimentos, siendo en general del 30% en las carnes rojas, del 20% en el pescado y de un 10% en los vegetales.
Factores que afectan a la biodisponibilidad del hierro:
1. Tipo de hierro: hierro hemo y hierro no hemo
1.1-Hierro Hemo: se encuentra en las carnes, productos cárnicos y la sangre.
1.2-Hierro No Hemo: presente en alimentos de origen vegetal, sales minerales, leche y huevos. El hierro de tipo No Hemo debe pasar a hierro en forma Hemo para su absorción. El ácido clorhídrico (estomacal) y otros ácidos de los alimentos (ácido ascórbico o vitamina C) favorecen este paso de hierro No Hemo a hierro Hemo, colaborando por lo tanto en su absorción. Por el contrario, existen compuestos en los alimentos que dificultan la absorción del hierro, como el calcio, el fósforo, fibras insolubles, etc.
2. Presencia de compuestos inhibidores como los fitatos, presentes y abundantes en cereales, legumbres y demás alimentos presentes en dietas recomendadas en la actualidad. los fitatos influyen especialmente en la absorción de hierro no hemo, pero este efecto puede minimizarse mediante la presencia de alimentos como la carne o alimentos ricos en vitamina C. También puede afectar la presencia de calcio, fósforo y zinc.
* A modo de curiosidad, no está de más indicar que las proteínas de los huevos, la leche y otros productos lácteos perjudican a la absorción de hierro, mientras que las proteínas de la carne lo favorecen.
3. Presencia de compuestos favorecedores de la absorción de hierro, como la vitamina C, el "factor carne", los fructooligosacáridos (compuestos de fibra soluble).
Tal y como indica el estudio, también existen una serie de factores FISIOLÓGICOS que alteran la biodisponibilidad del hierro, haciendo que esta aumente o disminuya. Por ejemplo:
1. Las personas con deficiencias severas de hierro desarrollan la capacidad de aumentar el porcentaje de absorción, respecto de personas en condiciones normales.
2. Pacientes con secreciones intestinales muy bajas absorberán menos hierro que personas con secreciones ácidas normales.
Una vez vistos qué factores favorecen y qué factores dificultan el grado de absorción del hierro, el estudio hace un pequeño apunte respecto de estrategias para la prevención de anemia sobre la población en general.
1. Enriquecimiento de los alimentos (población general).
2. Suplementación (grupo específico de la población).
3. Estrategias dietéticas, potenciando el consumo de alimentos ricos en hierro y favoreciendo las situaciones que aumentan su absorción.
El artículo se despide ya, no sin antes hacer mencion a las técnicas culinarias con las que podemos modificar el grado de absorción del hierro.
- Maceración, malteado, remojo (legumbres, cereales, tubérculos, semillas): aumenta absorción
- Bacterias o levaduras (pan): aumenta absorción
- Remojo 24 horas (cereales, legumbres): aumenta absorción
- Calentamiento suave (tubérculos, cereales, legumbres): aumenta absorción
- Fermentación (soja, miso, tempech): mejora biodisponibilidad
- Congelación, tratamientos térmicos fuertes, almacenamiento: empeora absorción
Como conclusión, el estudio indica que muchas personas no alcanzan los requerimientos nutricionales de hierro, por lo que es necesario estar alerta y buscar estrategias para cubrir las necesidades, especialmente en etapas como la infancia, adolescencia, deportistas, el embarazo o mujeres en general en edad fértil, en que se presentan carencias con mayor frecuencia.

3 comentarios:

  1. quien no ha tenido un episodio de anemia y el médico le ha recetado las famosas pastillas y le ha destrozado el estómago??? mucho mejor prevenir en forma de alimentación saludable.

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  2. Muy interesante todo esto. Sobre todo cuando ya he paséesa fase. Lo q daria por haber tenido toda esta información en casa en ese momento.
    Bien por las dieteticas!!!!


    [ueeeeeee he conseguido hacerme seguidoraaaaaaa!!!!!]

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