viernes, 9 de septiembre de 2016

La importancia del apoyo a la lactancia

Durante la primera visita al pediatra del CAP (el décimo día de vida del bebé), una de las cosas que nos preguntó la doctora era si tomaba pecho o fórmula. Al decirle que tomaba pecho la siguiente pregunta vino rodada: "¿y tú cómo lo llevas?", me preguntó.
Mi respuesta "bueno, me duele cuando le doy" no fué muy diferente de la que daría la mayoría de madres a las que les preguntasen eso, pero yo he tenido la suerte de ir a un CAP en el que están muy concienciados con este tema y la pediatra me aconsejó que asistiera a algún encuentro del grupo de apoyo a la lactancia que tienen los martes por la mañana en ese CAP. Me dijo "si vas al menos un par de veces seguro que notas mejoría".
Fui el siguiente martes, y fui de nuevo el otro martes (un par de veces, como me aconsejó la doctora). Y fui también al otro martes, y al otro también, y al otro no fui porque teníamos la prueba de audición del recién nacido de nuestra niña, pero al otro volví a ir y al otro y al otro... y así hasta que la peque tuvo algo más de 6 meses y tuve que dejar de ir porque ya se terminó el permiso por maternidad, y la compactación de la lactancia, y las vacaciones del año pasado, y las vacaciones de este año, y todos los días que pude sacar de cualquier parte con tal de poder alargar las semanas sin ir a trabajar, con el propósito principal de darle a la niña lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses.
Así que se acabaron mis encuentros semanales con el grupo de apoyo. Y lo eché MUCHO de menos...
Después de unos tres meses sin ir, esta semana tuve la oportunidad de volver (este martes por la mañana no tenía que ir a trabajar) y me encantó. Como era de esperar, no había ninguna de las chicas con las que había compartido los meses anteriores (igual que yo, todas habían tenido que volver al trabajo), y las nuevas mamás tenían bebés muy pequeñitos (nueve días, catorce días, cinco semanas....) y ahí estaba yo, con mi niña de más de nueve meses a la que doctora y enfermera casi no reconocieron de lo mucho que había crecido desde la última vez que la vieron (y es que con este tiempo, en tres meses crecen y se espabilan una barbaridad). 
Y realmente, seguí comentando inquietudes y consultando dudas en el grupo (parece que si el bebé ya pasa de las 16 semanas te reincorporas al trabajo y ya lo tienes todo aprendido, pero nada más lejos de la realidad!) . Y, entre otras cosas, me animé a preguntar si conocen algún grupo que se reúna por las tardes (para poder combinármelo con el trabajo). Al principio me daba un poco de reparo, me daba "cosa" imaginarme ir a una reunión de este tipo con un bebé tan grande. Pero después pensé... ¿y por qué? es un grupo de apoyo a la lactancia; un bebé puede lactar hasta que tiene dos días o dos meses o dos años o cuatro años... y aunque sea sólo para compartir experiencias, merece la pena asistir.

Así que, en resumen, mis consejos son: tened paciencia, contactad con un grupo de apoyo a la lactancia, leed a Carlos Gonzalez (y si no os gusta leer, tenéis miles de vídeos suyos en internet) y, sobretodo, que no os metan en la cabeza frases tipo "es que a lo mejor no tienes leche", "es que tu leche parece que no le alimenta", "es que le estás malcriando con tanta teta", "la lactancia materna es para países subdesarrollados", "esto de dar el pecho es una moda. En mis tiempos se daba biberón que, total, es lo mismo". 

Y por ahora os dejo, que se despertó la nena...

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