martes, 30 de agosto de 2016

La instauración de la lactancia

Como hacen la mayoría de las parejas actuales que van a tener un bebé, fuimos durante varias semanas al curso de preparación al parto (que muchos padres experimentados me dirán, y me dicen, que antes no se hacían estos cursos y los niños nacían igual. Sí, cierto, pero es muy recomendable hacerlo. También vivíamos perfectamente sin teléfonos móviles hace algunos años y ahora no se salva nadie...).
Total, que en el curso te insisten en que la lactancia tiene que ser:
- Materna
- Exclusiva
- A demanda
Y que para el éxito de la instauración de la lactancia materna es clave que el niño se agarre al pecho lo antes posible, y que sea antes de que hayan pasado dos horas desde el nacimiento.
Es una pena que todo lo que he ido aprendiendo sobre lactancia lo haya hecho después del parto (recomiendo a todas aquellas futuras mamás que lean y se informen todo lo posible ANTES de parir); cuando mi pequeña nació nos mostró ese reflejo que tienen los recién nacidos, gracias al cual literalmente "trepan" por el cuerpo de la madre hasta llegar al pecho (la idea es que, en ese momento, se produzca el agarre, nada más nacer). Yo cuando vi que la niña empezaba a escalar encima mío sólo podía pensar "que alguien la pare!!! que seguirá por encima de mi cabeza y se irá barranco abajo!!!"). Así que no hicimos agarre inmediato. De hecho, no recuerdo cuanto tiempo pasó, pero si no fueron más de dos horas estuvo muy cerca; lo cierto es que, en este aspecto, algunos Hospitales todavía tienen que evolucionar.
Así que después de reclamar varias veces que el personal sanitario viniera a enseñarme cómo hacerlo (una cosa es lo que te explican teóricamente en el curso preparto, pero cuando te ves en la situación no sabes ni por donde empezar) hicimos lo que buenamente pudimos.
Al principio le veía todo muy negro: habíamos empezado tarde, la niña no se enganchaba, se quedaba dormida todo el rato... me veía comprando leche de fórmula en la farmacia de abajo, y tenía muy claro que no quería. Me puse bastante triste y suerte que el segundo día (es decir, a las 24 horas del nacimiento, más o menos), el doctor que pasó a verme me dijo "no te agobies con lo de la lactancia, que las primeras 24 horas apenas maman nada". Y así fue, tal cual, la segunda noche de hospital la niña se la pasó entera enganchada al pecho mamando. ¡Que alegría por favor! ¿esto no me lo podían haber dicho antes?
Una vez en casa seguimos con ello. Le dábamos a demanda pero procurábamos que no pasara más de 2 horas desde una toma hasta la siguiente (incluso por las noches, ya que nos habían dicho que los bebés tan pequeños pueden hacer hipoglucemia y podría ser que no se despertase aunque necesitara comer).
Los inicios fueron duros, no lo niego. Falta de costumbre, grietas... pero con paciencia, cabezonería (tenía que conseguirlo!!!!), el apoyo de la pareja y sobretodo con el soporte de un grupo de apoyo a la lactancia lo logramos (llevamos ya nueve meses, y lo que nos queda!!!). No dejéis de visitar http://www.fedalma.org así como http://albalactanciamaterna.org.
Un consejo a las mamás que lo deseen tanto como lo deseaba yo, es que se hagan con un saca leches desde el principio (si lo compras antes del nacimiento perfecto, así ya estás preparada) ya que en mi caso (y creo que en el de no pocas madres) la solución para curar las grietas fue "saltarnos" alguna toma. Y ¡que no cunda el pánico! no me refiero a no darle de comer sino que esa toma te la quitas con el saca leches y se la das con una jeringa (yo cometí el error de dársela con biberón y, por mucho que fuera con tetina que simula el movimiento del pecho, tuvimos después algún problema para reenganchar pero por suerte fueron sólo un par de tomas y pudimos reconducir la situación).
Yo no la usé, pero otras chicas del grupo de lactancia me dijeron que la crema anti grietas de Medela les fue muy bien para esto (y que conste que ni la he probado, ni me llevo comisión por hablar de ella).
Y por ahora os tengo que dejar, que la niña se ha despertado.
En el próximo post os cuento con más detalle el desarrollo de la lactancia durante estos meses.

lunes, 29 de agosto de 2016

La nutricionista ha vuelto... como mamá!

Después de meses y meses, que incluso se han hecho años, sin escribir entradas en el blog, un buen día recibes mensajes muy positivos de tu familia, que te recuerda cuánto te gustaba escribir.
Así que vamos allá!!! 
Después de nueve meses con una barriga cada vez más grande, seguidos de otros nueve meses siendo uno más en la familia, no encuentro mejor orientación para futuras entradas en el blog que la alimentación cuando llega un peque a casa (me refiero tanto a la alimentación del peque como de la familia).
Y antes de comenzar, quisiera poneros en contexto para futuras entradas:
1. La intención es "ir al grano", a lo básico, no irme por las ramas (los que ya hayan tenido peques en casa me comprenderán perfectamente, y los que no, les ruego comprendan que un bebé te quita muuuucho tiempo ;), así que no puedo permitirme dar rodeos )
2. Todo lo que escriba será el reflejo de la experiencia que he ido sacando estos meses. No voy a hablar como dietista  - nutricionista sino como mamá; relataré mi experiencia fruto de mucho leer a autores como Carlos Gonzalez y Julio Basulto, las vivencias en el grupo de lactancia y otras fuentes varias desde las que me he ido informando (aunque, quizá, en algún post saque un poquito de la dietista - nutricionista que llevo dentro; a veces no puedo remediarlo XD).

Por si alguien se lo pregunta, cuando supe que me quedé embarazada, me planteé dos opciones:
1. Recuperar todas mis notas de la universidad y planificar una dieta milimétricamente controlada que me aportase todos los nutrientes en las cantidades exactas, ni más ni menos.
2. Hacer caso al doctor que llevaba mi embarazo y "comer variado y saludable, y un suplemento de ácido fólico".

Anteriormente escribí tres posts sobre alimentación durante el embarazo:  http://nutricionistaencrecimiento.blogspot.com.es/2010/01/alimentacion-durante-el-embarazo-parte.html  y siguientes.

¿sabes que hice? me decanté por la segunda opción; decidí no volverme loca y me relajé tanto como la situación me lo permitió (todo hay que decirlo, pude permitirme este lujo porque yo ya hacía una dieta bastante saludable; de no haber sido éste el caso, habría sido el momento de cambiar de hábitos). Y es curioso, que el cuerpo te pide lo que necesita en cada momento. Pasé por diferentes fases: al principio no podía ni ver el pescado, rechazaba el chocolate por completo (con lo que yo había sido para el chocolate!!!!!), después pasé por una fase en que el cuerpo me pedía mucha fruta, y llegando a la recta final del embarazo sólo quería comer carne (con lo que he llegado a odiar yo la carne durante casi toda mi vida... pues resulta que estaba anémica perdida, y mi cuerpo me pedía carne, carne y carne. ¿la naturaleza es sabia o no?).

Así que sobre alimentación durante el embarazo no voy a escribir nada más. Ya lo escribí en su momento y, como os he dicho, decidí no hacer ni caso de la maravillosa base teórica de la alimentación ideal durante el embarazo.

Y por ahora os dejo, que la peque se ha despertado...